TRADICIONES
Leyendas
''''ENCUENTRO ENTRE CARUMEÑOS Y CHILENOS''''
Desde la primera hora del día del rodeo que realizarían los pobladores de Carumas, amanece el pueblo con sus calles vacías, limpias y silenciosas. Poco a poco los hombres se preparaban para ir al rodeo. Serían las tres de la mañana cuando ya partían para reunirse en las pampas donde todos los jinetes deberían así juntar todo el ganado que habían dejado en los pastizales; pero antes de eso, ya sabían de la derrota de los peruanos en la batalla de los Ángeles en Moquegua.. Era las nueve de la mañana y todos ya estaban listos y reunidos en el punto de encuentro, para así realizar el rodeo. El alguacil dijo que nos debíamos separar en cinco grupos. Los cinco grupos ya estaban separados cuando del grupo del alguacil, uno de los integrantes se dio cuenta de un grupo de personas. Los hombres estaban con una bandera. El alguacil y su grupo estaban en el cerro. Los carumeños seguían caminando, después de media hora de camino se encontraron con los chilenos que estaban descansando. Los chilenos les preguntaron a los carumeños: "¿De dónde son ustedes?", y los carumeños no les respondieron. Los chilenos dieron un disparo. "¡Alto! ¿De dónde son ustedes?", y los carumeños les respondieron: "Nosotros no somos peruanos ni chilenos. Nosotros somos carumeños". Entonces los chilenos murmuraron diciendo: "Creo que invadimos otro país". Y los chilenos se retiraron y los carumeños seguían reuniendo el ganado.
LA BRUJA
Cuentan que una vez, una noche de luna llena, la Guardia Civil encontró una pava caminando por la calle. Los guardias pensaron que la pava había fugado de una de las casas, y por esa noche estaban de suerte porque al día siguiente comerían pavo al horno. Al momento de hacer querer subir la pava al patrullero opuso resistencia, por lo que optaron los guardias a golpear con garrote las alas de la pava y así lograron subirla. La llevaron a la comisaría y le reportaron al sargento de servicio el sorprendente hallazgo de la pava. Inmediatamente corrió el rumor del hallazgo de la pava y los guardias que no estaban de servicio fueron los primeros que se levantaron a hacer su aseo y miraron por la ventanilla del calabozo y grande fue la sorpresa que en vez de una pava vieron una mujer desnuda. De inmediato dieron parte al sargento, y efectivamente encuentran una mujer desnuda que tenía los hombros moretoneados. Esta mujer le pidió al sargento que le preste un abrigo; entonces, el sargento pregunta a la mujer cuál era su casa y cómo es que ella estaba convertida en pava, y ella responde que es una bruja y es por eso que se convertía en un animal y que su esposo era un suboficial del Ejército y que la noche anterior su esposo estaba de servicio; y luego le pidió que la trasladasen a su casa antes de que llegue su esposo. La mujer le da los datos personales de su esposo. También le pidió al sargento que no dijera a nadie de lo sucedido; pero el sargento trató de ubicar al suboficial hasta que lo encontró y se fueron a un bar y mediante unos tragos el sargento le relató el caso de la mujer que era una bruja. Entonces el suboficial sabiendo lo de su mujer se hicieron buenos amigos y le pidió ayuda al sargento para descubrir el misterio de su mujer. El sargento y el suboficial salieron. Buscaban una explicación a lo sucedido y encontraron a un anciano vendiendo crucificos) de acero; y el sargento pregunta al anciano "¿Cuál es la fuerza negativa para Satanás?"; el anciano respondió: "El crucifico de acero", y el suboficial compró el crucifico y el anciano le recomendó cómo usarlo y que siempre debía cargarlo, y su mujer o bruja no tenía que verlo. Un viernes por la noche el suboficial se dio cuenta de que su mujer se alejó de la cama con bastante cuidado y se dirigió al ropero de donde sacó un pequeño baúl que contenía unas velitas, un libro de magia, pomada y una estatuilla de oro en forma de gallito. La bruja pone la estatuilla en la mesa, lo cual había servido para hacer dormir mucho más profundamente a los que se encontraban en casa durmiendo. Su esposo no se durmió profundamente porque tenía el crucifico que contrarrestaba el encanto de la estatuilla y observó todo lo que su mujer hacía: Primero se desnuda, luego dice oraciones con palabras mágicas y malévolas ........
LA CABEZA
Cuentan que un joven y sus hermanitos menores se iban a su chacra, todas las noches para cuidar la cosecha y los animales. Cierta noche a lo lejos, el joven escuchó un sonido como si fuese de un pato y él en un tono de broma comenzó a imitar el mismo sonido y de repente se dio cuenta de que venían hacia él; y miró que venían volando y a la vez rebotando una especie de cabezas con alas. Él se asustó y reaccionó al instante, ordenando a sus hermanos que entren y se protejan dentro de la choza. Él entró rápidamente y trancó la puerta, mientras las cabezas llegaron y golpeaban con tanta fuerza la puerta, que parecía que la iban a romper. Los perros se dieron cuenta y se pusieron a ladrar y pelear desenfrenadamente con las cabezas; eran dos perros bien bravos. Se escuchaban los ladridos y los gritos que daban las cabezas, hasta que agotados del susto y los nervios se habían quedado dormidos. Al día siguiente, salieron de la choza para ver lo que había sucedido y vieron sangre en la puerta y alrededor de la choza, siguiendo las huellas de los perros fueron hasta encontrarlos pero estos estaban muertos. Los chicos impresionados, rápidamente se dirigieron al pueblo para contarle lo ocurrido a sus padres, Ellos les dijeron que no debían haberle imitado y mucho menos fastidiado a dichos seres malignos y que felizmente si no fuera por los perros ellos habrían muerto atacados por las cabezas. Según cuentan que por las chacras siempre se aparecían estas cabezas; según ellos, decían que era una especie de aves malignas nocturnas, que si pasaba por medio de las piernas de una persona, era muerte fija para él, y que el secreto para ahuyentar a estas cabezas era ponerse en forma de cruz, con los brazos rectos y las piernas cruzadas. Otros lugareños cuentan que estas cabezas son de brujas y que en las noches sale la cabeza separándose del cuerpo para poder calmar su sed y si por alguna razón el cuerpo sin la cabeza era vista por alguien, era muerte segura para esta persona.
LA SIRENA
Cuentan que en el río existe un ser misterioso, mitad pez, mitad mujer: es la sirena. Tiene largos y rubios cabellos adornados con peinetas de oro y piedras preciosas, y unos ojos azules que adormecen a quien los mira. Durante la estación primaveral sale a las orillas del río, a peinarse en una bandeja de oro. Para esto escoge los días martes y miércoles al amanecer. Cuando alguien va a morir ahogado, anuncia la desgracia entonando extrañas canciones, con una voz muy melodiosa. En ciertas temporadas se le ocurre remover las aguas del río y levanta tempestades, con el fin de hacer naufragar alguna canoa donde viaja la persona de su simpatía, y dicen que si lo consigue arrastra a la persona hasta su palacio y lo guarda eternamente. Cuando las orillas del río no estaban despejadas todavía, muchas criaturas desaparecían de las chacras próximas, donde cuidaban sus maizales para que el loro no se las coma. Se presume que siguen viviendo en la "Ciudad de la Sirena". Se presume que allí viven llorando por la ausencia de sus madres y familiares, y se pueden. Hacer visibles sólo en la noche de luna mala.
EL CONDENADO
Esta es una narración que cuentan los antiguos viajeros. Dicen que cierta vez un viajero iba con sus animales llevando carga de un lugar a otro, pero cuando estaba a medio camino se le apareció una perra grande con tetas prominentes y quiso morderles, y el viajero agarró una piedra y le tiró y le cayó a la altura de las costillas y se fue aullando. Más tarde, y cuando ya iba oscureciendo y no podía continuar adelante buscó un refugio en una quebrada donde podía descansar junto con sus animales. Empezó a bajar la carga de sus animales y después arreglar su cama, y cuando se disponía a comer, de pronto se le presentó una mujer joven, bonita y desnuda; y ambos compartieron el fiambre y luego se echaron a dormir. El viajero pensó en estar con ella, pero cuando la estaba acariciando ella le dijo que le dolía su cuerpo porque hace un rato él le había tirado una piedra. El viajero se asustó mucho, y pensó que sólo podría ser un condenado y que era presa fija para ella. Él tenía que escapar, para eso era necesario mentir y le dijo que tenía deseos de ir al baño. El condenado agarró una soga y lo amarró de la cintura, le hizo quitar los zapatos y en esta forma lo dejó ir al baño; mientras tanto, el viajero amarró la soga a una piedra, escupió tres veces y se echó a correr. El viajero se le había escapado. Al llegar a su pueblo, él contó a sus familiares de lo ocurrido y regresaron a ver el lugar, pero ya no estaba el condenado. Sólo hallaron restos y huesos de los animales de viajero a medio comer.
EL CHUYACHAQUI
El relato de tradición oral que a continuación les voy a narrar, es un relato que desde muy niña lo escuché en mi tierra. Cuentan los antiguos moradores del pueblo de Iberia, pueblo que se encuentra en Moquegua. En estos pueblos de Moquegua se cree mucho en los duendes. Cuentan que una señora se fue al pozo a lavar, llevando consigo al menor de sus hijitos ya que no podía dejarlo en su casa solo; mientras la señora lavaba, el niño jugaba alrededor del pozo. De pronto no escuchó la voz de su niño y se fue a buscarlo y vio que un hombre pequeño con un sombrero muy grande iba corriendo y el niño lo perseguía, perdiéndose cada vez más en el monte. La madre corría desesperada para poder alcanzarlo, pero se dio cuenta de que era inútil, y como ella ya había escuchado hablar acerca del chuyachaqui, que hace que las personas lo persigan hacia adentro del bosque en la cual se va perdiendo, regresó al pueblo a contar dicho suceso a la policía. Saliendo una brigada de rescate para encontrar al niño, pero dicha brigada no encontró al niño. Luego buscaron a personas que conocen Moquegua para que puedan rescatar al niño que supuestamente se encontraba perdido en medio de Moquegua. Relatan que el niño fue encontrado a los cinco días en estado de deshidratación y muy asustado, casi loco y con heridas en el cuerpo ya que se había rasguñado con las espinas de las plantas. Gracias a Dios, esta señora pudo recuperar a su niño. Cabe decir que en Moquegua la gente es muy creyente de estos sucesos que tienen algo mágico, por eso siempre recomiendan no dejar solos a los niños, porque se los puede robar el chuyachaqui
En otras zonas totalmente aymaras con la llegada de asentamientos de españoles se produce el mestizaje del folclore dando así a cierta modificación de las costumbres existentes con la introducción de nuevos instrumentos hoy podemos conocer la Danza y Música de la "Palomita", los Pules, las tarkadas, "las Cruces", La Cacharpaya y la más conocida y popular de las costumbres el "Sarauja".